La tarde prometía y hacía mucho tiempo que no medaba un garbeo por el cabo.
Después de elegir el sitio y colocar los filtros, empezamos a tomas instantáneas hasta que pareció
el «Sireno» , que vino a comprobar que no hacíamos nada malo. Cuando la noche nos abrazó,
recogimos los bártulos y pusimos camino a Santa Pola
Terminando fotografiando este aljibe en tierra de nadie, donde la contaminación lumínica del aeropuerto por un lado y de Santa Pola por otro te mantiene entretenido buscando encuadres imposibles, pero que unas nubes amenazantes salvaron la situación